...la voz comenzó a susurrarme
estas palabras. Al principio era poco audible el golpeteo. Después, la
irrupción de ese dolor claro en mi oído, abrió las puertas, encendió las
lámparas y toda yo, fui el espacio amable de otro tipo de silencio, ahora perduro
en el abismo donde la noche de los otros me cubre hasta los ojos,,,
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